“Acamas es hijo de Teseo y de Fedra. Acompañó a Diomedes, su hermano
gemelo, cuando éste fue a Troya para solicitar la restitución de Helena. Laodice, hija de
Príamo, se enamoró de él y tuvo un hijo, Múnito y fue uno de los guerreros que se
ocultaron en el vientre del caballo de Troya.
Según la tradición, Acamas tuvo amores con una princesa tracia llamada Filis, la
cual, cuando Acamas partió para Chipre, le entregó una misteriosa cajita que no debía
abrir hasta que llegara a la referida isla. Cuando Acamas abrió la cajita, se asustó tanto
al ver lo que contenía que se cayó del caballo y fue muerto por su propia espada”.
Cuando era pequeña visitábamos la casa de mi abuela Adelaida, madre de mi
padre, ella tenía en su biblioteca una enciclopedia, de esas gordas, en muchos tomos,
tapa extra, extra dura hechas para durar eternamente (aun la conservo se la pedí a mi
papá cuando ella falleció y me la regalo). Esa fue mi primera entrada a los mitos como
cuentos, hoy les doy una nueva vuelta y es que los mitos o historias helénicas, bien
podrían ser definidos como una vasta biografía simbólica de múltiples connotaciones
que van de la inocencia a la brutalidad, de lo material a lo espiritual, del sueño a la
necesidad, de la devoción a la risa, de lo grandioso a lo grotesco, una explicación del
mundo que se resuelve en poemas y estatuas. En todo mito late una dinámica auroral del
pasado, una creación viva e incitadora. Los sistemas envejecen, pero los mitos son
inmutables incluso en sus metamorfosis, en sus cambios para ser la misma cosa, cuando
su vigencia se ha evaporado, quedan como exponentes esenciales de lo imaginario
fundado sobre la historia y la religión. Los mitos son inmortales.
Lo que me atrae en este mito son dos cosas, ¿que había en el cofre? Y que ¿sería
esa valiosa arma que se llama Paladín?, de la misma manera que me llaman la atención
el báculo “Mágico” de Aarón o Moisés, o el Arca de la Alianza, pero como está
anunciado solo pensare en los dos primeros, ambos ligados a Acamas. Volvamos en
nuestros pasos y revisemos desde la base de su genealogía hasta sus hazañas donde
aparecen estos artefactos “especiales”.
Acamas, Acamus o Acamante hijo de Teseo, rey de Atenas e hijo del Dios
Poseidón. Su madre era Fedra, una princesa de la ciudad de Creta, e hija del rey Minos
junto a Pasífae, conocida como madre del Minotauro.
Acamas es además el hermano gemelo de Demofonte, el duodécimo de los reyes
de Atenas. Ambos participaron en la Guerra de Troya como reyes de Atenas formando
parte de la tropa que se escondió en el caballo de Troya, pero antes del asalto de Troya
los hermanos fueron como emisarios griegos a exigir la devolución de Helena. Durante
su permanencia en Troya conoce a Laodice, quien era una de las hijas de Príamo, rey
mítico de Troya y de Hécuba, reina de Troya y segunda esposa de Príamo. Se dice en la
leyenda que Laódice quedó tan impresionada con las virtudes de Acamas y su valentía
de ofrecerse ser mensajero de los griegos que eso la enamoro y de esa unión nació
Múnito, quien sería criado por su abuela Etra, a quien terminada la guerra Acamas
rescato ya que permanecía cautiva como criada de Helena y además al repartirse el botín
de guerra Acamas recibió a la amiga y confidente de Helena, Clímene.
Pero lo más importante que hizo en Troya y que sirvió para que ganaran la
guerra fue la captura del Paladín, una escultura arcaica fabricada por Abaris el
Hiperbóreo, que representaba a la diosa Atenea y se conservaba en Troya desde los
tiempos de su fundación haciéndola invencible para los enemigos que quisieran
apoderarse de la ciudad, y así fue hasta que Demofonte, Acamas y Odiseo se
propusieron robarla y así por fin poder asegurar la victoria. La leyenda además dice que
el Paladín fue trasladado a Roma y que aun existe, asegurando la permanencia de la
ciudad que lo posee.
Como dato anexo, también sería bueno comentar que su madre Fedra, la pareja
de Teseo fue una sabia sacerdotisa que veía el futuro, condición que al parecer, es
heredada por el pequeño, pues al tocar una de las imágenes de la guerra donde lucho su
padre, tiene una visión de una guerra en el cielo. A su encuentro ve un anciano que le
dice que no tenga miedo de sus visiones. Este anciano es el dios Zeus disfrazado, quien
le cuenta que conoció a su padre y además le adelanta que pronto su tiempo de luchar
llegara, y que su padre estará ahí para luchar. En la historia se nombra solo a un hijo,
Acamas, y no a Demofonte la razón de ver solo a uno de los hermanos es que en
algunos mitos no es Acamas el que muere luego de abrir la cajita, sino Demofonte, pero
en cualquier caso, de igual manera no sabemos qué era eso tan terrible que había en la
caja y que espanta a los límites de la locura a quien la abrió provocando su muerte. Las
cajas en la mitología griega rara vez son buenos augurios, ¿cuál sería su contenido?, eso
nunca se aclaro, y tampoco se vuelve a hablar sobre ella en ningún otro relato,
simplemente desaparece, como se hace desaparecer a un objeto “Maldito”
Dos objetos, Una caja que provocó un estado de pánico extremo y una estatuilla
de origen Hiperbóreo que vuelve a tu ciudad invencible y que podría aún estar en Roma,
la Inmortal, ¿cuáles son los secretos de estos dos objetos fuera de serie, fuera de lo
normal?.
Se aceptan teorías…….
(También para la visión de la guerra en los cielos…)
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